Tuesday, April 29, 2008

HERMANOS DE SANGRE, SALIVA Y LECHE

Nota de autor: Aclaro que este cuento lo escribí para una convocatoria que se venció antes de lo imaginado. LOS PERSONAJES Y HECHOS SON TOTALMENTE FICTICIOS.

Desperté nuevamente, como lo hacía en los últimos veintidós años, pero esta vez en una cama que no era mía, solo con mis cucos puestos y un sabor amargo en la garganta. "¿Que demonios paso?, ¿Donde estoy?" me preguntaba sin atreverme a mover parte alguna de mi cuerpo. Después de unos minutos y un fuerte dolor de cabeza parte de un guayabo generado a partir de la ingesta excesiva de alcohol, quise saber quien era el personaje a mi lado, volteé a mirar y me sorprendí: era Roberto, un amigo que había conocido al poco tiempo de llegar a vivir a la ciudad, "¿Como resulte tirando con este man?" retumbaba como una pelota de caucho la pregunta en mi cabeza mientras miraba a todas partes buscando mi ropa, ubicando solamente mis jeans.

De anoche recuerdo: Salí de clase como a las 6pm, me fui derechito a la casa de Roberto, pues era viernes en la noche y parranda del mes, llegue como a eso de las 7pm y me recibió David, el primo de Roberto que también es mi amigo con una cerveza, estaban escuchando skid row y luego sonó welcome to the jungle de guns n' roses pasando por the doors hasta que llego Roberto de clases, para entonces el apartamento estaba lleno de gente.

"tengo una laguna mental" me grito a mi misma sentada en la cama con los pechos descubiertos. En ese momento entró a la habitación Julio el hermano de Roberto, un fotógrafo aficionado de 17 años que me dice: "se ve linda, ¿le puedo tomar una foto?", no le respondí pero de todas formas toma la foto. Me levanté de la cama, me puse mis jeans y una camiseta que encontré en el suelo y me queda grande pero no me importa, salgo a la sala a ver si tengo suerte de ver mi ropa andar por ahí.
Sentado en una silla, esta Julio, con una taza de chocolate en la mano y mirándome con sus grandes ojos marrones me ofrece chocolate y yo le recibo. "se veían tan lindos anoche" decía Julio mientras sopla su taza; "¿en que momento paso?", pregunté con cautela para no despertar a los que dormían en la sala. "fue cuando todos hacían cola en el baño para vomitar, yo no me emborrache" y agrego: "ustedes fueron los únicos que estaban borrachos pero no vomitaron, estaban bailando Hotel California todos amasisados, yo les tome unas fotos re-bonitas" decía mientras me mostraba la cámara.
Posterior a ese día, ni Roberto ni Julio ni yo volvimos a hablar de ese episodio, pensamos que era lo mejor para los tres. Una semana después recibí en mi apartamento a Julio, venía a mostrarme las fotos de esa noche, "la novia de Roberto llego ayer y no es conveniente que vea estas fotos" me dijo mientras yo las tomaba en mis manos y las guardaba junto con los negativos; me sorprendió saber que Julio nos tomo fotos mientras Roberto y yo teníamos relaciones. "¡Que voyerista eres!" le dije mientras le pegaba un puñito en el brazo.

Fue esa entonces la última parranda, porque cuando la novia de Roberto se fue a vivir con él le dijo que "nada de parrandas" y la esperanza de volver a hacer una se acabo cuando ella quedo embarazada y Roberto se tuvo que ajuiciar.
Una noche mientras comía en mi apartamento, tocaron la puerta pero no estaba esperando a nadie. Me asomé a ver quién tocaba: era Julio; venía a decirme que iba a cumplir su sueño de ser fotógrafo y se iba del país aprovechando su mayoría de edad, no era seguro que regresara, así que quería despedirse de mí. Saqué una caja de vino que tenia en mi nevera y así comenzó la despedida, nos fuimos a mi cuarto y nos actualizamos de historias.

Puse en mí computador a sonar toda la música que tenía en orden aleatorio, y así entre copa y copa, ramones, the doors, led zeppelín y más trago empezamos a besarnos con pasión hasta que no quedo prenda alguna en el cuerpo. AC/DC con su back in black le imprimió ritmo a la fornicada que se extendió hasta la mañana, canción tras canción, orgasmo tras orgasmo. Después de semejante acto sexual me sentí culpable y le hice desayuno, ahora lo veía inocente y frágil como siempre lo había visto. "que rico, las tortillas de espinaca son mis favoritas" decía mientras devoraba las tortillas en forma de pancake y sonaba en el fondo del cuarto piece of my heart de Janis Joplin.

Dos días después, Julio se fue y seguíamos hablando por Chat, sin mencionar el episodio mutuo, me sentía feliz con saber que le estaba yendo tan bien. Meses más tarde, llego el hermano menor de Roberto y Julio a vivir a la ciudad, al igual que llegó al mundo la hija de Roberto. El hermano de Roberto se llamaba Javier y era un adolescente de dieciséis años entusiasmado por comenzar clases en la universidad.

Conocí a Javier por medio de David su primo, que lo trataba un poco distante, ya que David tenía ocho años más que Javier. Con Javier entablé la primera conversación y a tratarlo con más confianza por su prima Carmen, que también era amiga mía.

Una noche, estaba sola en mi apartamento, aburrida y decidí emborracharme con Carmen y Javier. Poco a poco lo indujimos en el mundo del rock y el quedo encantado, esa noche tomamos cerveza hasta que se acabo y seguimos con vino y aguardiente. Carmen no aguanto el revuelto y se fue a vomitar al baño, mientras sonaba ramstein y después no pudo salir de allá. Javier y yo estábamos solos y ebrios en el sofá del apartamento, no sé en que momento nos empezamos a besar y sus manos grandes buscaron mi cintura, desataron mi sostén debajo de la blusa y el resto es historia; paralelamente, la música no dejaba de sonar, esta vez era REM con su losing my religion acompañando la vomitada de carmen en el baño y los quejidos provenientes del sofá.