La sed.

Como una alimaña me arrastro por el suelo. Estoy hambriento y ando buscando alguien que sacié mi sed. De repente aparece frente a mí la más bella aparición, un ángel caído del cielo a quien desgarraron sus perfectas alas. Bebo su sangre, me alimento de su espíritu y le abandono después de saciarme.

Escrito aleatorio.

La enmarañada melena se mueve al ritmo del viento y más allá, cientos de hormigas danzan adorando el sol. Los niños juegan en el pasto corriendo de un lado a otro, no hay nada premeditado, es simplemente una sinfonía de movimiento improvisada, una bella melodía de nubes que recorren un cielo azul en busca de algún transeúnte despistado, una traviesa hoja de papel olvidada planeando libremente en el viento y una mezcla de aromas.

La Partida.

Afuera llueve y adentro, un corredor de paredes blancas con azulejos verdes me recuerda la realidad: él está agonizando y no puedo hacer nada para salvarlo.
Recuerdo cuando nos conocimos, eramos un par de bichos raros que coincidieron en espacio y tiempo: Fue amor a primera vista.
El tiempo pasó como el agua entre los dedos, fuimos felices y ser más feliz no pude ser. Ahora alguien se dirige hacía mí, sé exactamente que me van a decir y no quiero, corró para no oirlo, lloró porque me abandonó.