Monday, February 20, 2012

El peligro de enamorarse de un vampiro.

Su nombre es Lestat. Lo conocí una tarde de domingo en la librería nacional. Se presentó con un extraño acento francés. Lo invité a tomar una taza de café y aceptó, extrañamente jamás probó su café. Nos seguimos viendo desde ese día; solía aparecer en las noches y nuestras veladas se extendían hasta las dos de la mañana.
Algunas veces me pide que cierre los ojos y lo hago con gusto, aunque sé que no me besará y solo sentiré una leve punzada en mi cuello. Los médicos no logran explicar mis bajas plaquetas y mi sangre renovada.
Me ha besado en un par de ocasiones; su aliento siempre huele a sangre y sus labios son fríos, pero sus besos son calientes y peligrosos, sus continuas mordidas han dejado cicatrices en la cara interior de mis labios.
En una calurosa noche de enero se apareció frente a mi en una discoteca, tomó mi mano y me sacó del lugar hasta un lugar alejado y oscuro; allí me abrazó por la cintura con fuerza y nos elevamos por los aires. Recorrimos la ciudad de noche, aferrada con fuerza a su delgada figura, temerosa de las alturas abrazada a un cuerpo frío como el mármol.
En una oscura tarde de domingo apareció de nuevo, esta vez en mi cuarto; de nuevo me tomó por la cintura y me cargó, me sentí como una chiquilla cuando me aferré a él. Esa tarde nos besamos hasta la saciedad.
Él nunca me ha dicho lo que es, pero yo lo sé: es un vampiro y nunca ha sido necesario decirlo o preguntarlo, él también conoce mi secreto: amor.
Me enamoré de un vampiro, es un hecho. Lo dicen mis ojeras, lo grita mi pálida piel, me lo recuerda mi aversión al sol y mi somnolencia en el día.

Wednesday, February 01, 2012

¿Cuál es la vaina con los treinta?

Recuerdo ahora la película de Jennifer Garner "13 Going on 30", una historia con la que me identifico porque frecuentemente me encuentro con esa niña de trece años que alguna vez fui, aquella que soñaba con ir a la universidad, ser profesional, ser adulta, estar soltera y que anhelaba ser independiente, es decir, vivir sin sus padres.
En esta sociedad arcaica donde muchas personas viven aún en el siglo XVIII, es difícil seguir la dirección del salmón; muchas mujeres y hombres siguen pensando que tener treinta es estar demasiado viejo, cuando eso dejó de ser cierto hace más de mil años (eso era cierto cuando la expectativa de vida promedio de los seres humanos era de cuarenta años). A la gente del común (aunque suene elitista, aquellos que no ven hacia el futuro, viven con resignación y no me interesa conocer), les cuesta trabajo encontrar a una mujer como yo, sé que no soy la única (las he visto reflejadas en la televisión gringa desde hace más de quince años y en una que otra película). Sé que hoy en día han surgido muchas mujeres como yo, que no soñaban con llegar vírgenes al matrimonio (cuando una niña o adolescente le diga eso, piense que ella se está condenando a ser madre adolescente o puede que esté viendo una zunga en proceso), que no se imaginaban entrando a una iglesia pedófila (véase católica) vestidas de blanco y al contrario, soñaban con ser profesionales exitosas con grandes cargos ejecutivos y supersalarios.

Ahora me acerco con gran orgullo a esa edad (y es cierto, sino pregunten!),  anhelo el día en que cumpla treinta y me aseguraré de celebrarlo, porque no me siento vieja, no siento que mi vida se haya ido por un tubo, al lado de algún güavaloso (véase gamín), por el contrario siento que cada momento que he vivido ha valido la pena y estoy segura que vendrán momentos mejores, todos después de mis treinta años. Así que ¿Cuál es la joda que tienen con los treinta? ¿Algún problema con ser bonita, inteligente, treintañera, soltera y sin hijos? ¿Algún problema porque puedo dormir a pierna suelta los fines de semana sin que una voz chillona me despierte a las malas? ¿Algún problema si voy al salón de belleza? ¿Algún problema si voy de compras? ¿Algún problema si cuido mi figura? ¿Algún problema si me voy de rumba? ¿Algún problema si decido dormir fuera de mi casa? ¿Algún problema mano?

P.D. Posiblemente muchos se preguntan (de hecho mucha gente me lo pregunta) si pienso en cosas como el matrimonio y los hijos, la respuesta es si, solo que hasta ahora no he conocido el hombre con quién compartiré el resto de mi vida (demorate en llegar un poquito amor mio, no te arrepentirás!).