Mañana despertaré con un año más de acuerdo con mi cedula; por mi parte me sigo sintiendo igual, aparentemente. No sé en que momento pasaron tantos años, me sorprende lo mucho que he vivido en tan corta vida. A diferencia de muchos, yo quiero morir de vieja con arrugas y nietos y aunque siento que he vivido mucho, aún no es suficiente: quiero vivir más, quiero saber que ocurrirá después de mis 27, ver llegar los 28, los 29, etc. Quiero tener hijos (es algo que me falta), encontrar alguien con quien tenerlos (un buen hombre, inteligente) , viajar a Machu Pichu, conocer el amazonas y comer mojojoy en platano maduro asado, visitar caño-cristales (si nos lo permiten), posar cuasiembola en la soho (o embola, ¿Por qué no? si mi cuerpo es hermoso y deseado) , tener mi carro propio y un lugar propio donde vivir.
Pienso que aquellos que deciden morir jovenes no se proyectan así, o tal vez sólo le temen a llegar a viejos o a lo que sea que le temen, pero yo no tengo miedo. Si he de caerme, me levantaré de nuevo; si siento dolor, ya se me pasará, cerraré los ojos y pensaré que mañana es un día mejor. Del dolor y de los golpes aprenderé una nueva lección, así como lo he hecho hasta el dia de hoy.
