Espero el bus en la calle de siempre, atrás ha quedado una larga jornada de trabajo y adelante me espera un largo regreso a casa. Como es usual el bus demora en pasar, camino unas cuadras esperando a que pase hasta que lo hace. En el asiento (por suere pasó con puestos libres) miro por la ventana y muchas cosas pasan por mi cabeza: Me imagino en una colina, sentada en el pasto viendo el atardecer, aunque hace algo de frio es agradable estar en ese lugar, hay paz. De repente recreo en mi imaginación la imagen de un angel al mejor estilo de "El cielo sobre Berlín", todo el mundo se ve gris, visto un abrigo y largas alas salen de mi espalda: No estoy sola, un hombre de aspecto caucasico me acompaña, también es un angel; quiero hablarle pero no puedo, los angeles no hablan, se comunican en sus mentes y observan con detalle el mundo. Es aburrido ser un angel, el tiempo se dilata y no pasa nada emocionante, en este mundo no sientes amor, nada es real ni palpable.
En esos momentos me despierto; sigo dentro del bus pero esta vez me doy cuenta que si no timbro pronto, tendre que esperar otro bus para llegar a casa.
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