Ultimamente he recibido varias criticas no muy buenas del último post del blog "Los delirios del general", en el que traté de relatar la vida de un general jubilado, esquizofrénico, que en medio de sus delirios observaba un joven anarquista muy revolucionario que se encargada de joderle la vida. Al parecer a mis pocos lectores les sonó un tanto izquierdoso, aunque no es así; la idea me surgió una tarde de mis cortas vacaciones despúes de haber visto Una mente brillante y no sé porque lo asocié con Pinochet, así que escribí todo lo que vino a mi cabeza, como lo hago siempre que llega algo nuevo, no importa la hora que sea.
He decidido dejar esta entrada inconclusa, aplicar el "deje así". A cada uno le dejó abierta la posibilidad de crearse su propio final (si se le antoja!), sólo imagino a un tipo como Pinochet en sus últimos días, atormentado por un anarquista de boina con estrellita roja, mochila de colores, arete en la oreja y una chaqueta cubierta de parches, y para complementar al 'mansito', una barba a lo Che Guevara.
Nos vemos en una próxima ocasión, se despide su escritora (en proceso),
Margarita Taborda G.
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