Estaba el día oscuro. Arrojó la colilla de cigarrillo sobre el húmedo pavimento y lo pisó con sus botas tipo Matrix. Caminó sólo dos cuadras y escuchó nuevamente esa sádica voz que lo incitaba a cometer los crímenes más bajos y ruínes de su existencia. Recordó por un segundo aquella vez que decidió empalar a una prostituta y volvió a sentir la misma excitación que le producía cometer tan terribles actos. Al llegar a la esquina, dió un inesperado giro a la derecha y se adentró en una callejuela oscura y sucia, y caminó tan sólo unos pasos cuando oyó una voz masculina que le decía "mono regaleme una monedita, o quiere que se la quite a las malas?". Oyendo esto, el hombre se volvió hacía el gamín que portaba una botella con boxér*, y sin decir nada sacó una navaja de la nada y se la clavó al gamín en el cuello; mientras el cuerpo del gamín se sacudía, el asesino pensaba en lo bueno que sería ir a tomar café después de apuñalear el cuerpo inerte del gamín.
*boxér: especie de pegamento de consistencia vizcosa, color amarillo. Sirve para pegar zapatos y cosas artesanales. Los gamines en Colombia lo utilizan generalmente para trabarse.
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